Como decía, me llamo Tom Foy. Nací en Inglaterra y me mudé a España siendo joven. Desde siempre me ha interesado la fotografía. Mi primera cámara, una de color azul con carrete de Fisher-Price, fue un regalo por mi quinto cumpleaños. Recuerdo tomar las primeras fotos de mis mascotas y con mi abuelo en el jardín de mi casa. Pero cuando realmente me enamoré de la fotografía, fue la primera vez que llevé a revelar el carrete. Entrar en la tienda y ver en papel lo que yo había visto con mis ojos al disparar la cámara, fue una experiencia indescriptible.
Años después, al mudarme a España y conocer la costa mediterránea, con sus paisajes y sus pueblos, volvió a picarme el gusanillo de la fotografía. Además, también empecé a practicar ciclismo acrobático, y conocí muchos fotógrafos de este mundo, aumentando mi interés y mi admiración.
Pese a todo, estuve muchos años en trabajos que nada tenían que ver con el mundo artístico. Por casualidades de la vida, conocí a dos artistas escultores, y comencé a trabajar con ellos en Arenas Posibles. Pasaba mucho tiempo con ellos y con otros artistas de diferentes partes del mundo. Allí fue cuando realmente tomé la decisión de dedicarme al cien por cien a mi pasión y crear arte a través de la fotografía.